Un perro andaluz: Vídeo completo y algunas anécdotas sobre la película de Luis Buñuel y Salvador Dalí
Un perro andaluz: Atentado estético social perpetrado por Luis Buñuel y Salvador Dalí en 1929
Nunca más volverían a congeniar los dos genios de semejante manera tan ensamblada, perfecta y recíproca mientras trabajaban en el guión de una película con la que pretendían romper todos los moldes establecidos de los ayeres y los porvenires. Estaban de acuerdo en casi todo lo que se les iba ocurriendo, tanto ideando juntos como por separado. Dos privilegiadas mentes imparables funcionando al unísono, entonando uno de los bel cantos más inspirados y emblemáticos de la historia del cine. Un perro andaluz: Estrella Insigne en el Firmamento del Celuloide.
La película fue financiada, mediante hábiles manejos de Buñuel, por su propia madre y un cura próximo a la familia materna (¡así es!).
En el estreno en París, ante toda la cúpula surrealista, Buñuel tomó la precaución de llenar con piedras los bolsillos de su chaqueta, por si al acabar la proyección, en caso de fracaso o abucheo, se veía obligado a defenderse, a golpe de pedrada limpia aragonesa, de los visigodos furibundos y fundamentalistas del activismo surrealista, para inmediatamente después y aprovechando la pétrea confusión aérea, salir huyendo como un cohete. Pero no hubo lapidación… La película fue un exitazo rotundo. Buñuel, mientras recibía acalorados aplausos, vítores y entusiastas críticas, se deshizo con disimulo de sus armas defensivo-arrojadizas.
En 1960 se le incorporó música a Un perro andaluz, el motivo de Tristán e Isolda de Richard Wagner, además de un tango. Aquí hemos traído la primerísima versión en cine mudo de 1929, que se convirtió inmediatamente en la película definitoria del surrealismo fílmico. Y sigue sin perder, más de ocho décadas después, su inquebrantable brillo y su inusitada fuerza empapada en talento visual al por mayor: Un perro andaluz (Un chien andalou).