No podemos dejar de recomendar encarecidamente este disco de los Einstürzende Neubauten: “Silence is sexy”.
Después de iniciar su carrera desde la esfera de la música industrial y experimental y acentos techno post-punk y otras heterogeneidades musicales allá por los primeros 80, esta creativa, cambiante y evolutiva banda berlinesa, que crea sus propios instrumentos, incorpora taladros, sierras, ruidos o “Gerräusche”, llega, a nuestro juicio, a sus 20 años de carrera, oséase, en el año 2000, a una madurez redonda (e insólita en la historia del rock y la música electrónica), con su disco “El silencio es sexy”.
Después siguieron, claro, les damos las gracias, acumulando décadas, creando una estética musical fuera de los moldes… Pero, ahora nos atenemos a este disco: único y de lo mejor que ha germinado en los últimos 30 años.
Si parece que los Eisntürzende Neubauten nunca ostentaron mucha tendencia a las veleidades musicales de estilo comercial, aquí menos. Sacan un disco radiante de principio a fin, y como nos tienen acostumbrados, fuera de los cánones. Con guiños technos y electrónicos, guiños remotos a su pasado gritón e industrial, pero sirviéndose también de aterciopelados y etéreos violines en algunos temas, o, en el tema homónimo del disco, oímos como cruje el fuego en una calada intensa a un cigarrillo, por poner algunos ejemplos.
Mucha de la música de este disco es casi imperceptible, matices insuperables que hay que escarbar en el oído para distinguirlos. Parece mentira que con la de instrumentos y sonidos que se reparten por doquier en estas deliciosas músicas, apenas distingamos de manera nítida 4 o 5 instrumentos. En este disco hay algo sumamente poético en cuanto a lo auditivo: está lo que no se ve, está lo que no se oye, está lo que se esconde a la realidad pero es realidad.
En este sentido, este disco es atmósfera, lo que rodea al hombre, pero no se ve, ni se palpa. Atmósfera, dijo Blixa Bargeld, y el silencio, antes del estallido, es muy sexy, porque vive en la oscuridad, va a nacer el sonido, un instante suspendido y después… quizá, mordemos la piel de la luz. O no, no llegamos, nos quedamos suspendidos de nuevo en un silencio lleno que oh maravilla no acaba.
Otro punto inevitable y fuerte de Silence is Sexy es la lírica, surrealista y metafísica, que subyace en las letras. Filosofía, poesía, Das Sein, Das Ich, Das Nicht-Sein, Reeeeeeeeeeedukt, cantada o entonada o recitada por la voz de Blixa Bargeld, voz que atrapa, hipnotiza, sabe sacarnos el terciopelo y sabe ironizar sobre sí mismo y la existencia, abriéndonos como una flor una blanca sonrisa.
Disco, pues, de golpes y susurros y timbres, quintaesencia de una larga trayectoria musical. Un disco que es a la vez música clásica, música techno, música industrial, canción de inspiración humorística popular alemana (el tema “Musentango”), ruidos de otros mundos, perfecta indistinción de violines y teclados, música aparentemente new age, músicas electroacústicas e imposibles… y nos quedamos cortos, porque:
este disco, es por encima de todo, algo más que un disco, es SINESTESIA pura: hay colores, olores (asfalto, nicotina, crisantemos, a qué huelen las nubes?, clavos, pisadas, jardines, cristales, aquéhueleelagua, fieltro…), imágenes (esculturas mutiladas, luceros, automóviles pasando, lluvia, una cama y una mujer, y que no me quito de la cabeza “ver la Potzdamer Platz a través de la ventanilla de un taxi”).
La belleza, la que nos arrebata y sostiene en un vilo de placer, la belleza es silencio es sexy (“no del todo”) y es, sobre todo, urbana.